LA FILOSOFIA DEL MEJOR COACH MOTIVADOR EN LA HISTORIA...
… Ganar no es un algo que se presenta algunas veces; es algo que sucede todo el tiempo.
No se gana de vez en cuando, ni las cosas se hacen bien de vez en cuando, si no que se hacen bien en todo momento.
Ganar es un hábito.
Por desgracia perder también es un hábito.
Definitivamente no hay espacio para un segundo lugar.
Solo existe un lugar en mi juego y ese es el primero.
He finalizado dos veces en el segundo lugar desde que llegue a Green Bay y mi intención es nunca volver a ocuparlo.
Existe un partido para segundos lugares, pero es un partido para perdedores, jugado por perdedores.
Siempre que un jugador salga a la cancha deberá jugar al 110 %, esto quiere decir que su mente estará conectada en todo momento con su cuerpo. Cada pulgada, cada centímetro de el deberán estar conectados y solo así lograra ese anhelado primer lugar.
Debemos ser lo suficientemente listos e inteligentes para ser los número uno en cualquier negocio.
Y lo que es aun más importante: debemos jugar con todo el corazón, con cada fibra de nuestros músculos.
Si tenemos la certeza de encontrar a alguien con mucho cerebro y corazón, podemos asegurar que nunca saldrá del campo de juego en el segundo lugar.
Manejar un equipo de football no difiere en cuanto a la dirección de otro tipo de organizaciones: el ejército, un partido político, o tal o cual negocio; los principios son exactamente los mismos.
El objetivo es ganar, vencer al otro, tal vez para algunos esto les parezca duro o cruel, yo no lo creo.
Es una realidad de la vida que los hombres son competitivos y que los juegos más competitivos atraen a los hombres más competitivos, por eso están ahí…. ¡Para ganar y competir!
Conocen perfectamente las reglas y los objetivos cuando salen a jugar. La meta es ganar limpia, honesta y decentemente, acorde a las reglas para ganar.
Y en verdad nunca he conocido a un hombre que con el tiempo y muy dentro de su corazón no apreciara el empuje, la disciplina y la cruda realidad del combate frente a frente.
No digo todo esto porque crea en la naturaleza salvaje del hombre o que los hombres deban de brutalizarse para ser combativos. Yo creo en Dios y en la decencia humana, pero también creo firmemente que el mejor y más sublime momento de cada hombre, su logro más grande y su mayor satisfacción es aquel en que, después de haber trabajado con todo su empuje, esfuerzo, dedicación y corazón en favor de una causa noble se encuentra exhausto pero victorioso en el campo de batalla diaria…
Por eso siempre he dicho: “GANAR, NO ES LO MAS IMPORTANTE, ES LO UNICO…”